Al menos uno de cada cinco españoles sufre síntomas de depresión, ubicando a nuestro país como el cuarto con más casos dentro de la Unión Europea. Por esta razón es necesario saber acerca de la incapacidad por depresión.
Y, es que al menos el 5,2% de estos casos son de personas cuyas facultades se ven realmente disminuidas a raíz de la enfermedad, alcanzando incluso cierto grado de incapacidad por depresión.
Cada cabeza es un mundo, es por ello que pese a que todas las depresiones parezcan la misma enfermedad, no afectan de la misma manera a todas las personas.
Por esa razón no todo cuadro depresivo lleva a una incapacidad por depresión.
Sin embargo existen casos en los cuales ciertamente el trabajador que está de baja médica temporal por depresión puede llegar ser declarado afecto de incapacidad permanente.
La depresión es una enfermedad que limita nuestra capacidad mental
Esta enfermedad no solo afecta de forma mental, sino también física, distorsionando nuestra forma de sentir y pensar, haciendo que algunas emociones lleguen a ser intolerables.
Los síntomas pueden ser desde el aislamiento, falta de apetito, perdida del sueño o ansiedad, hasta la taquicardia y otros síntomas físicos.
Esta enfermedad puede acabar abarcando distintos espacios de nuestra vida, afectando a las actividades que realiza la persona.
En muchos casos es tratable, sin embargo existen situaciones en las cuales se vuelve crónica y recurrente, lo que dificulta su tratamiento, haciendo que la persona pueda tener una incapacidad por depresión.
Una vez comprendemos la enfermedad puede que te preguntes, ¿Puedo obtener una incapacidad por depresión?
La respuesta ante ello, es un rotundo sí. La verdad es que la salud mental es igual de necesaria que la física para desempeñar un trabajo, por ello puede solicitarse una Incapacidad por depresión.
Siendo más específicos, este tipo de incapacidad debe ser solicitada ante un caso de trastorno depresivo mayor o un síndrome ansioso depresivo y como mencionamos anteriormente, dicha enfermedad debe ser crónica y constante.
Al solicitar la pensión de incapacidad por depresión, el trabajador debe demostrar que se han agotado las posibilidades terapéuticas para tratar la enfermedad
Al igual que toda enfermedad, la depresión puede ser un gran problema para el trabajador, sobre todo si este desempeña un trabajo donde podría afectar a terceras personas.
Un claro ejemplo de ello son los policías, cuya labor se ejerce armado. Sin embargo, esto no significa otros trabajadores, como por ejemplo de la banca, directivos o maestros, no puedan obtener una incapacidad por depresión.
¿Cómo puedo obtener una pensión de incapacidad permanente por depresión?
Puede que esta sea de las primeras preguntas que te viene a la mente cuando piensas en la incapacidad por depresión, pues muchas personas que se ven afectadas por esta enfermedad sufren de ansiedad por no saber cómo lidiar con la situación.
En primer lugar, y al igual que con cualquier otra enfermedad, la persona debe demostrar que ha agotado las posibilidades médicas y terapéuticas para su recuperación.
Además de ello, si desea obtener una incapacidad por depresión, esta enfermedad debe ser recurrente y crónica.
Son pocos los casos en los cuales logra obtenerse una gran invalidez por esta enfermedad.
Podríamos decir que solo se produce cuando, además de cumplir los requisitos para obtener una pensión por incapacidad absoluta, el grado o los síntomas de carácter psicótico asociados son demasiado graves.
Tanto como para que la persona requiera de la supervisión constante de un tercero
Podríamos decir que la incapacidad por depresión se divide en ciertos grados, entre ellos:
- Grado I: En este caso la persona presenta varios síntomas de la enfermedad, sin embargo no suponen ni comprometen su capacidad funcional a la hora de desempeñar su trabajo.
- Grado II: Podríamos decir que en este caso, el trabajador tiene la capacidad para llevar una vida “normal” y autónoma, donde dicha enfermedad no afecte de forma severa su vida, solo entre un 1% y un 24%.
- Grado III: Ante esta situación podríamos decir que el trabajador se ve afectado durante la realización de actividades de la vida cotidiana, incluyendo desde luego la interacción social.Disminuyendo así la capacidad de la persona para desempeñarse correctamente en su lugar de trabajo, generando problemas e incluso siendo supervisados por centros ocupacionales mientras la actividad se normaliza en un puesto de trabajo.
- Grado IV: en este caso la persona afectada, presenta graves restricciones y dificultades no solo en el ámbito laboral sino también en la vida cotidiana, en muchos casos se precisa de supervisión intermitente en ambientes específicos. Además trae problemas como: Deficiencias en la concentración y en la continuidad e incluso en el ritmo de ejecución de las labores.
- Grado V: por ultimo tenemos el grado V dentro de la incapacidad por depresión, en estos casos, la enfermedad invalida por completo al trabajador, no solo en el ámbito laboral, sino también en su vida cotidiana, hasta tal punto que requieren supervisión constante especializada.
Sea cual sea tu caso, en Álvarez Arias Abogados queremos ofrecerte el mejor asesoramiento para que consigas tu pensión por incapacidad permanente.